domingo, 25 de abril de 2010
Víctor Hugo Morales tocó todos los temas en una entrevista en exclusiva para La Banda Digital
“Muchas veces perdemos de vista el valor que pueda tener un pianista local por darle pleitesía al nombre internacional”, opinó el periodista Víctor Hugo Morales. Amante del arte, fanático de la ópera, conduce un programa en Radio Nacional Clásica y relata la realidad diaria en Radio Continental. Dijo que seguramente intentará tener su propia radio y se mostró a favor de la diversidad musical. Además, recalcó la importancia de generar un nuevo público joven y presentó paralelismos entre la ópera y el fútbol.
En tu programa La Mañana presentás una gran multiplicidad de géneros musicales: rock, opera, tango, folclore. ¿Cómo hacés para combinar estilos tan diversos y cuál es la reacción del público?
Yo siempre hago lo que me gusta, paso lo que me parece que vale la pena divulgar, todo lo que sirva para presentar o que tenga un valor polémico. Incluso cuando la obra no sea de mi especial interés puede tener un sentido periodístico. Por otro lado está lo que pueda pensar el público y sabemos que el oyente puede cambiar el dial, pero por ejemplo el que está escuchando ac/dc no debe dudar que luego pueda aparecer Alfonsina y el mar. De todas formas, hay que tener en cuenta a qué público uno se está dirigiendo, hay que saber dar los golpes en el corazón, llenarlos de nostalgia y recuerdos. Pero no hay que traicionar el propio gusto, y en mi caso, yo creo en la diversidad porque mi vida está hecha de la diversidad.
Declaraste en una entrevista que la educación está decreciendo en la sensibilidad y el arte; el rol de la educación es fundamental pero ¿qué pasa con los medios, el periodismo, la televisión? ¿hay también una responsabilidad que recae en ellos?
La gente está un poco vapuleada en sus gustos, le van construyendo un entrenamiento para escuchar un determinado tipo de música más fácil, y hay un choque muy fuerte con aquello que exige un esfuerzo intelectual. Por otro lado, poco puede hacerse por la gente que no es aventurera, por aquellos que se conforman con lo que escuchan y nada más. La gente tiene más responsabilidad sobre si misma que la que le puede atribuir a los medios de comunicación; si bien los medios tienen una capacidad de masificar, el que define el dial es el mismo oyente. La tarea será estimular el interés, siempre y cuando haya una la iniciativa también del otro lado.
Es de conocimiento público tu gran interés por la opera y tus constantes viajes por el mundo para ver diferentes puestas escénicas ¿cómo ves posicionada a nuestra ópera?
Si tuviésemos aquí todos los cantantes argentinos que están afuera más los que aún están aquí, la Argentina estaría entre los 5 o 6 mejores países del mundo. Nuestro país está perfectamente ubicado, tenemos hoy día todos los roles en primerísimo nivel, por ejemplo acabamos de ver Fidelio con un elenco parejísimo. Hoy en día tener cantantes extranjeros no es imprescindible para una buena ópera. Yo comparo mucho porque veo mucho afuera y cuando retorno aquí no encuentro una diferencia dolorosa de ninguna manera.
El Colón abre con La Bohème, ¿estás de acuerdo?
¿Cómo elegirla?... A mí que me den, para qué voy a quejarme.
Yo creo que está bien, tenía que ser alguna de las óperas iniciáticas: Bohème, Carmen, Butterfly, Traviata. Creo que el Colón en su nueva etapa tiene que apuntar al público joven, como lo están haciendo muchas casas de ópera en el mundo. A un público nuevo hay que darle lo más fácil, algo que le vaya a gustar, que cuente una historia que lo atrape. A un muchacho de veinte años no podés darle Wagner. El entrenamiento es decisivo. Después uno se abre a nuevas opciones, pero lo que importa es la puerta de entrada. Es como pensar que a un niño de cinco años le guste el salmón rosado, su paladar no está preparado. Así que hay que construir un público y crear los ámbitos. No es sólo cuestión de crear acontecimientos sino también saber qué ofrecerles.
Trazando paralelismos, ¿encontrás el público de ópera tan apasionado como el de fútbol?
Hay grados de apasionamiento o de fanatismo que pueden resultar muy parecidos, incluso barras bravas ha habido en los teatros, también cantantes y directores que han sido maltratados.
Después podríamos decir que la discusión entre Placido y Pavarotti, es como el Boca-River, dos bandos que no se van a reconciliar jamás.
El tributo al pasado es otro elemento en común, todos los amantes de la Opera suponen que todo lo mejor ya lo han visto antes; creo que ambos públicos piensan igual: “todo tiempo pasado fue mejor”.
Hablemos de los cambios que la nueva Ley de Medios podrá tener en nuestro campo. ¿Cómo afecta el monopolio mediático a la difusión de la música clásica?
Todo elemento mediático que tenga posiciones dominantes, que le marquen la agenda a los demás y que determinen quién entra y quién no, por supuesto que es definitivamente muy perverso. No cabe ningún tipo de duda que va a haber una apertura. Con la nueva ley hay mucha gente que va a querer tener su propia radio y vivir su propia aventura. Yo voy a intentar tener mi propia radio, compraremos unos equipos y buscaremos un camino.
A partir de la ley de medios varía la cantidad mínima de música argentina que debe transmitirse en radio. ¿Cómo pensás que va a ser eso posible si hay tan pocas grabaciones de música argentina?
No hay tan poco, hay muchas grabaciones. Por ejemplo a Arrau o a Horovitz hay que pasarlos de vez en cuando, pero yo pienso que de toda la literatura musical hay muy buenas versiones argentinas. A una balada tocada por Marta Noguera y una tocada por Hélène Grimaud yo no le encontraría diferencia. Muchas veces perdemos de vista el valor que pueda tener un pianista local por darle pleitesía al nombre internacional. Yo sería partidario de pasar mucha más música clásica pero por artistas argentinos. Seguramente va a aumentar también la grabación de música local.
Para finalizar Víctor Hugo no se mantuvo al margen de la situación de la Selección Argentina, y contó que Maradona es una persona muy ambiciosa, que si se lo propone puede llegar hasta donde quiera; sin embargo no piensa que Diego se adapte a los requerimientos de poder ser presidente de la FIFA. Sin embargo, agrega que en no menos de 10 o 15 años seguramente será un futbolista quien presida a la Federación de Futbol Argentina.
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Gracias por esta interesante entrevista a Víctor Hugo.
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